Aunque a priori pueda sorprender, son muchos los actores y las actrices de Hollywood que llenan sus cuerpos de tinta. Decimos que puede sorprender porque los intérpretes a menudo lucen sus físicos en la gran pantalla, y eso de interpretar a un autista muy tatuado o a un William Shakespeare con una avión pintado en el brazo se nos antoja raro. Por lo visto el maquillaje hace milagros, de ahí que muchos no se corten a la hora de decorarse la piel.
Una casa tatuadora que tuvo como clientes a LeBron James y a Kobe Bryant demandó a los creadores del NBA 2K por “utilizar la imagen de sus tatuajes sin su permiso”.¡Pedían nada más y nada menos que 1,1 millones de euros! No sé a vosotros, pero a mí esto me parece de necios.
La tinta de los tatuajes tiene un origen animal, como muchísimos de los productos de nuestro día a día. De hecho proceden de la quema de huesos al carbón o glicerina con grasa animal.